Si se practica con cabeza se puede disfrutar de una actividad que fortalece todo el organismo.
• Es una actividad desestresante. Disfrutar de la naturaleza hace que el cerebro se olvide de las tensiones. Además, sólo esforzarse caminando por la nieve ya sirve para liberar endorfinas, las hormonas del placer
• Mejora la condición física. En este ejercicio participan todos los grupos musculares, y muy especialmente los músculos de los miembros inferiores, los abdominales y los lumbares. Reforzando estas zonas se logra prevenir muchos de los dolores de espalda.
• Favorece la coordinación neuromuscular. La velocidad, la pendiente y la inercia hacen que aprendamos a controlar nuestro cuerpo mientras se beneficia el sistema de coordinación y equilibrio. Ideal para desarrollar las habilidades psicomotoras.
• Posee beneficios cardiovasculares. Sobre todo el esquí de fondo. Esquiar de forma continuada produce adaptaciones morfológicas y funcionales en el corazón y el sistema circulatorio (tamaño del corazón, frecuencia cardiaca, gasto cardiaco, flujo sanguíneo, tensión arterial y volumen sanguíneo), e incluso rehabilita muchas dolencias cardiovasculares.
• Fortalece las articulaciones. Para prevenir lesiones es necesario un calentamiento previo. Los entrenadores recomiendan una tabla de estiramientos bien realizados y de movilización de unos 15 minutos de duración, prestando especial atención a las rodillas. De este modo se consigue aumentar la temperatura muscular y la flexibilidad de los tendones.