Los rescates se cobran

«Nuestra afición a la montaña nos está haciendo pagar un peaje brutal en vidas»



El pleno del Parlamento Vasco dará el jueves el visto bueno a la tasa que obligará a pagar el rescate de su bolsillo a los deportistas de riesgo -en caso de que carezcan de la póliza incluida en su seguro federativo, que correría con esos gastos- o a aquellas personas que ignoren una alerta meteorológica. El impulsor de esta polémica propuesta es el viceconsejero de Interior, Raúl Fernández de Arroiabe, al que se le podrá achacar la oportunidad o no de la medida, pero en ningún caso el desconocimiento del terreno que pisa: es un consumado alpinista, con más de 40 años de trayectoria en la montaña, que ha hollado un 'ocho mil' -el Cho Oyu- y ha participado en numerosas expediciones al Himalaya y los Andes. Él mismo se define como un «montañero que trabaja como viceconsejero de Interior».
- ¿Entiende que sus propios compañeros se opongan a la medida?
- Sí, perfectamente. Pero la tasa está básicamente orientada a las actividades que implican riesgo. Quizá no hemos tenido la capacidad de explicarlo adecuadamente. Partíamos de la referencia de lo que se hacía en Cataluña, hasta que caímos en la cuenta de que el modelo catalán no nos valía, tampoco a ellos.
- ¿Por qué?
- Porque se basa en establecer cuándo hay una negligencia, pero eso hay que demostrarlo y a veces no es tan fácil.
- ¿Por eso en la práctica se han cobrado muy pocos?
- Sí. Nosotros hemos tratado de objetivizar esa negligencia. Es decir, si usted práctica un deporte de riesgo y hay que rescatarle, usted lo tendrá que pagar de su bolsillo si no está asegurado. Es decir, fedérese y hágase un seguro, que corre con esos gastos. Detrás de esto también estamos tratando de apoyar a los clubs y fomentar que la gente se federe porque así estás en contacto con otra gente que está haciendo lo mismo, se establecen criterios de seguridad, de prevención. Nos dan mucho miedo los chavales que se aventuran por libre a hacer una salida. Y por otro lado, una negligencia objetiva es salir al monte o al mar en medio de una alerta meteorológica.

- ¿Se cometen muchas imprudencias?
- Demasiadas. Le voy a contar una experiencia que me ocurrió en una expedición a un 'ocho mil'. Nos habían dado buen tiempo para iniciar el ascenso a cumbre, pero llegó una especie de ciclogénesis que nos estuvo vapuleando dos días hasta que al final por agotamiento decidimos desistir y bajar. Llegó un chico esloveno, el típico chaval que lo tenía todo en la vida, y en vez de hacer lo que hicimos nosotros, decidió emprender el ascenso porque se le acababa el periodo del permiso y veía que era su última oportunidad. Cuando estaba subiendo se dio cuenta de que no podía continuar. Nosotros le estábamos viendo con prismáticos, porque nos parecía una locura. Decidió darse la vuelta y al empezar a rapelar, se le hizo un nudo porque las cuerdas estaban heladas, estaba muy cansado, intentó soltarse y no podía, entró en un proceso de agotamiento físico e hipotermia... y vimos cómo se moría allí mismo. Una persona en la flor de la vida, que está vivo y disfrutando de la actividad que más le gusta, de repente está muerto. Estas cosas te hacen ver la vida desde otra perspectiva.
- ¿Ha vivido alguna situación límite?
- Sí, una vez en el Cáucaso en 1980, creo que fue la única vez que me he abrazado a un hombre con pasión... ja, ja, ja. Estaba con uno de los habituales de 'Al filo de lo imposible', con José Carlos Tamayo, y sin saco de dormir, tuvimos que hacer un vivac en un glaciar a mucha altura, y a aguantar la noche... Fue una noche difícil, límite, en la que no ves que pasen las horas , tiritando, convulsionando, en un duermevela espantoso.
- ¿Ha visto de cerca la muerte?
- Sí. Mi compañero de cordada murió en Atxarte, escalando. No fue una imprudencia, pero en la inmensa mayoría de los casos las muertes son evitables. Los vascos somos una referencia a nivel alpinístico, pero esto nos está haciendo pagar un peaje brutal. Me impactó mucho la pareja de Portugalete que murió de hipotermia en un mes de julio, en una montaña del tres al cuarto, ¿cómo es posible? Si hubiesen tenido en cuenta la meteorología y hubiesen llevado el material adecuado, estarían vivos. Y en muchos otros casos, igual.
- Los montañeros argumentan que no va a servir para poner coto a las imprudencias y que se criminaliza su actividad.
- Creo que cogen el rábano por las hojas: 'no se ha hecho nunca', 'por qué a nosotros', 'va a salir muy caro', 'por qué tengo que federarme...', pero si entras en la esencia de la medida, se caen los argumentos, un poco cogidos con alfileres. Lo que estamos pretendiendo es salvar vidas y minimizar los daños a la gente. El cobro de los rescates es la punta del iceberg de una política integral contra las imprudencias, ha sido más una forma de llamar la atención que el aspecto recaudatorio que tiene, que es muy pequeño y en ningún caso es su objetivo. A nadie le vamos a cobrar por subir al Gorbea o por salir a buscar setas y perderse...
- Salvo que lo haga en medio de una alerta meteorológica...
- Sí, en ese caso sí. Queremos evitar más casos como el de la pareja de Portugalete. En los 15 últimos años hemos hecho aproximadamente 2.700 intervenciones y rescates; muchos de ellos son inevitables, pero otros no.